lunes, 31 de octubre de 2011

Alimentos prohibidos

Cosas que nunca deberías dar a tu perro

Quienes convivimos con perros, los llegamos a integrar tanto en nuestra familia y a querer tanto, que nos olvidamos muchas veces de que son perros y no pueden comer lo mismo que nosotros. Por eso les dejamos nota de las cosas que no deberías darle a tu perro.

1.- Huesos cocidos

Nunca deberías darle huesos cocidos, son muy malos. El hecho de que se lo demos muchas veces como premio nos obliga a llevarlo al Veterinario, porque quedan atascados y requieren de cirugía. El motivo muy simple, los perros son omnívoros y muchos por ello no toleran los huesos. No te olvides que tampoco se le pueden dar huesos de pollo, conejo o similar, estén cocidos o no.

2.- No al Chocolate

El chocolate es tan apetitoso para nosotros como lo puede ser para nuestro perro.
¿Quién se resiste a darle como premio un bocadito de chocolate que estamos comiendo nosotros en ese momento? No, el perro no puede comer chocolate nunca.
El chocolate contiene Teobromina, que les provoca vómitos, diarreas, hiperactividad hasta llegar al paro cardíaco, infartos y muerte. Puede tardar horas e incluso días en manifestar los síntomas.
Mentalízate, tan sólo 100 MG de teobromina por Kilo de peso vivo, puede provocar en tu perro una intoxicación grave o gravísima que puede poner seriamente en peligro su vida. Por eso nunca debes dejar el chocolate al alcance de tu perro. Si en algún momento sospechas que tu perro pudo haber ingerido chocolate, acude urgentemente al Veterinario.

3.- El Alcohol muy malo
Muchas veces cuando nos tomamos una cerveza y por hacer la gracia le damos a nuestro perro para que chupe de la botella. Creemos que al ser una dosis tan baja no le va a suceder nada, pero no es cierto. Se pondrá nervioso y atacarán las cosas, hiriéndose a si mismos. Y si hablamos en grandes dosis, letal.

4.- La Leche, sólo durante la lactancia

La mayoría de los perros son intolerantes a la lactosa. Si toman leche, desarrollarán diarrea. No tienen enzimas necesarias para disolver el azúcar en la leche provocando vómitos, diarreas y otras molestias gastrointestinales.
Si ves que a tu perro le gusta, dale sólo leche sin lactosa, rebajada en bastante agua. Les dará sabor, que es de lo que se trata.

5.- Ni Jamón ni Fiambres

El jamón suele ser rico en grasas y poseer mucha sal, por lo que si se lo das a tu perro podrás causarle graves dolores de estómago o pancreatitis. Beberán mucha agua.
Recuerda nada de jamón crudo ni comidas ricas en sal. Muy peligroso.

6.- La Cebolla Tóxica

Contiene una sustancia que daña los glóbulos rojos de la sangre y puede causar consecuencias fatales. Se pueden volver anémicos, débiles y con algún que otro problema respiratorio.

7.- Las Setas, Ajo, Café….

Algunas setas pueden producir dolor abdominal, daños hepáticos, renales, anemia. El ajo, aunque puede parecer benigno, también puede causarles vómitos, daños en el hígado, anemia, diarrea...
En cuanto a los alimentos para perros, debemos tener precaución con los colorantes y otras sustancias químicas. El BHA, que es uno de los principales conservantes antioxidantes usados para prevenir la decoloración de los alimentos. Evitalo.

Después de haber leído con detenimiento todo esto, debemos llegar a la conclusión de que lo mejor, sin duda y para que el perro tenga la mejor calidad de vida posible, es darle  siempre alimento comprado sólo en centros especializados, de gama alta y de uso veterinario.

Tu perro te lo agradecerá. 
 

jueves, 27 de octubre de 2011

Alimentación: Necesidades nutricionales (parte 2)


Todo alimento que se le de a nuestro perro tiene que tener los nutrientes necesarios para su correcta alimentación y sus necesidades energéticas, como norma general necesitan las que más adelante paso a describir, pero tenés que tener en cuenta que dependiendo de la raza o edad del perro el porcentaje varía.
No es lo mismo la dieta que necesita un cachorro que un perro adulto o senior, o si es un perro de trabajo o perras en fase gestante y lactantes.

Proteínas

Necesarias para el crecimiento y la formación de todos los tejidos. Están formadas por cadenas de aminoácidos, de éstos algunos son elaborados por el organismo y otros se deben obtener a través de la alimentación.
Pueden venir de carnes, pescados, huesos, huevo y lácteos, transformados en harinas y en productos secos en general.

Vitaminas

Necesarias como catalizadores de distintas reacciones químicas, desempeñan numerosas funciones, entre ellas mantener sanos la piel, el pelo, la vista, los huesos, etc.
Se consiguen de los lácteos, los vegetales, la levadura, hígado, riñones y cereales y también suelen añadirse como suplementos (A, D, E, K, biotina, B12, riboflavina, tiamina, etc.) a la comida de mascotas para lograr un aporte vitamínico equilibrado.

Minerales

Tienen funciones reguladoras y estructurales e intervienen en la formación de tejido óseo como el calcio, en la transmisión neuromuscular, como el magnesio, en la coagulación de la sangre, en numerosos procesos enzimáticos y metabólicos y aunque en proporciones muy pequeñas son necesarios para el buen funcionamiento del organismo en general.
Las fuentes de minerales son carne, hígado, pescado, lácteos, cereales y tuétano y también añaden en forma de suplementos de magnesio, calcio, fósforo y cobre.

Ácidos grasos esenciales

Proporcionan energía y mantienen el pelo y la piel sanos. Además, hacen sabrosas las comidas y ayudan en la absorción de algunas vitaminas. En los alimentos para perros las grasas pueden ser de procedencia animal, normalmente estabilizadas con vitamina E, o vegetal, como aceite de girasol, aunque debe vigilarse la aportación de estos ácidos en perros obesos, cuando le estamos dando una dieta hipocalórica o en perros adultos.

Carbohidratos y fibra

Como en los humanos proporcionan energía inmediata y la fibra contenida en ellos ayuda a la digestión y al buen funcionamiento intestinal, al arrastrar los deshechos que se eliminan en las heces, favoreciendo una buena consistencia de las mismas. La aportación de hidratos en las dietas para mascotas se resuelve fundamentalmente a base arroz, maíz y trigo, en granos y harinas.


Suplementos antioxidantes

Últimamente los fabricantes incorporan, sobre todo los dirigidos a perros mayores algunos elementos que funcionan como antioxidantes retrasando el envejecimiento y la generación de radicales libres en el organismo y aumentando las defensas.
Los más usuales son: la taurina, un aminoácido que actúa como antioxidante y contribuye al buen funcionamiento del corazón; los bioflavonoides, para retrasar el envejecimiento celular, y algunos oligoelementos, como el Selenio, Cobre, Manganeso y Zinc, minerales que son fundamentales en el proceso antioxidante.
También las vitaminas C (Ac. Ascórbico), la E (alfa tocoferol) y la provitamina A (Beta Caroteno) se están incluyendo como suplementos con función antioxidante.

Me gustaría recalcar que aunque haya productos de consumo humano que a nuestro amig@ le gusten muchísimo no son buenos para su salud, como por ejemplo los restos de comida ya que le aportan un extra de sal que le puede favorecer la hipertensión o el azúcar que ya vimos lo nocivo que resulta en estos animales, así como las salsas de las que gustamos tanto en nuestras dietas y que en su mayoría llevan cebolla, que les puede provocar anemias e intoxicación, llegando en los casos más graves a la muerte.

Otro alimento que no debemos darle son los huesos de pollo ya que pueden tragar trozos que dificulten el tránsito intestinal llegando incluso a la perforación.


El porcentaje correcto de los alimentos antes mencionados serán:

- 21% de proteínas.
- 5% de lípidos
- 5% de fibra
- 50% de hidratos de carbono.
- Calcio, fósforo y taurina.

Los cachorros necesitan un mayor aporte de nutrientes y tendrán que comer más a menudo, su dieta tendrá que ser húmeda en las 2 ó 3 primeras semanas y pasar gradualmente a la seca.

Vuelvo a repetir que dependiendo de la raza y el tamaño tendrá unas necesidades distintas.
En los perros que trabajan pueden necesitar hasta el triple de calorías. 25% más de proteínas y altos niveles de grasas, minerales y vitaminas.
En los senior, los abueletes debemos tener en cuenta principalmente el aporte de antioxidantes y alimentos que ayuden al refuerzo del sistema inmunitario.
En las perras gestantes y lactantes, requieren alimentación especial, con mayor aporte energético y vitamínico sobre todo durante las 3 ó 4 últimas semanas, con un aumento de un aporte de un 25% de ración y comida específica para gestantes.

Fuente: http://www.perros.com

miércoles, 26 de octubre de 2011

Alimentación: necesidades nutricionales (parte 1)

Hoy en día estamos muy preocupados por nuestro físico y cada vez más por la calidad de lo que comemos. Por eso, los que apreciamos a nuestras mascotas y queremos lo mejor para ellos y que tengan una vida plena y lo más longeva posible, nos preocupa la calidad de los alimentos que les damos.

Bien es cierto que un mayor precio del producto no implica que éste sea de calidad, o por lo menos, de la calidad que esperamos en comparación con el precio.

El primer problema con el que me he encontrado es con lo complicado que resulta averiguar lo composición de los alimentos ya que por ley los fabricantes no están obligados o que todos los componentes sean enumerados en su totalidad. Esto incluye tanto ingredientes como aditivos.

Otra de las “irregularidades” es que cada fabricante presenta la composición como le parece, por lo que dependiendo de la marca la información la veremos de manera diferente. Sí es cierto que normalmente se enumeran en orden de mayor a menor en cuanto a cantidad y porcentaje.


Algunos etiquetan los ingredientes usando términos genéricos como por ejemplo “derivados de carne”, “harina de pollo”… haciendo de estos conceptos un cajón desastre en donde se pueden incluir carne de pollo, cordero, ternera…y cualquier otra parte del animal como el hígado, riñones, incluso plumas de aves…


Lo mismo pasa con los “derivados vegetales”, que incluyen trigo, maíz…de calidad buena o pésima si utilizan los restos de la industria panadera como se hace un muchos casos.

En cuanto a los aditivos, que como ya os dije antes pueden o no aparecer en la composición, se encuentran:

Caramelo E150.
Para entendernos es el que le da el color marrón al alimento de nuestro perro, al que le puede provocar deposiciones blandas o diarreas.

Dioxido de titanium E 71.
Este componente aclara artificialmente el alimento, sobre todo los de pollo o pescado. El titanium como se sabe es un metal pesado peligroso.
Glicol propeno. Actúa como conservante y anticongelante. En dosis altas puede provocar insuficiencia renal y problemas de piel.

Azúcar.
Lo usan como conservante. Los problemas derivados de la ingesta son la diabetes, hipoglucemia, obesidad… Hay que tener en cuenta que los perros son especialmente sensibles al azúcar.

Etoxiquina.
Previene la oxidación de las grasas, también se utiliza como pesticida de la fruta y es un estabilizador (¡¡atención!!) en la construcción de carreteras. Puede provocar cáncer de hígado, problemas y malformaciones en los cachorros, alergias cutáneas y enfermedades inmunitarias.

BHA. Hidroxibutilaniso.
También conocido con E320. Aditivo que se acumula en la grasa corporal y que es de todos sabido causa cáncer y distorsiona el balance hormonal.

TBHQ. Butil-hidroquinona terciaria.
Probablemente mutagénico y genotóxico.

En fin esto sólo es una muestra en lo que deberíamos de fijarnos al comprar el alimento de nuestro perro, y  para nuestros propios alimentos, ya que mucho de estos componentes se encuentran en ellos. Aunque muchos han sido prohibidos por la OMS, siguen apareciendo en multitud de alimentos de consumo cotidiano…

 Fuente: http://www.perros.com 

lunes, 24 de octubre de 2011

Alimentación: Vitaminas y Minerales.

Ya sabemos que las vitaminas, esos compuestos orgánicos requeridos por el cuerpo para procesos bioquímicos son imprescindibles tanto para la vida humana como animal. En este artículo hablaremos de los mitos los conceptos y las necesidades o carencias que nuestros perros puedan tener, pero como siempre empezaremos por unas ligeras nociones de lo que son y para lo que valen.

En primer lugar, decir que hay dos clasificaciones. Las liposolubles (A, D, E y K) e hidrosolubles (B y C).


Las primeras se almacenan
en los lipocitos del organismo, mientras que las segundas no quedan retenidas en el cuerpo salvo en pequeñas cantidades. De ahí que aunque son necesarias la ingesta excesiva puede provocar un almacenamiento en la grasa corporal que puede llegar a ser tóxica, sobre todo la A y la D.

Vitamina A (retinol).
Importante para la vista. Su carencia puede causar un retraso en el crecimiento, problemas de pelo y piel, así como reproductivos. En los cachorros pueden causar hidrocefalia y paladar hendido.

Vitamina D (calciferol).
Importante para los huesos porque interviene en el balance de calcio y fósforo en la sangre. Aparte de ingerirla por la dieta se obtiene por transformación de una molécula, llamada ergosterol, con ayuda de la radiación solar.

Vitamina E (tocoferol)
. Juega un papel importante en la formación de membranas celulares, respiración celular y metabolismo de las grasas. Además es bien conocida su función como antioxidante y muchos piensos lo suelen incluir como antioxidante natural.

Vitamina K.
El organismo la sintetiza. Afecta a la coagulación de la sangre. Es útil saber que los raticidas precisamente afectan a los factores de coagulación por lo tanto el tratamiento en caso de ingestión accidental por parte del perro será el suministro de una dosis de choque de vitamina K1.

Vitamina C.
Muy usada como suplemento en la dieta canina. Al intervenir directamente en la mineralización de huesos se usa para prevenir la displasia de cadera. No obstante no hay resultados científicos que avalen esta teoría. Aunque si se ha visto que pueden resultar eficaces en el dolor que esta enfermedad les genere. También se utiliza para prevenir la formación de cálculos urinarios ya que acidifica la orina.

Vitamina B1 (tiamina).
Pérdida de apetito, debilidad, perdida de reflejos y del control nervioso y eventualmente la muerte.

Vitamina B2 (riboflavina).
Esencial para el buen desarrollo del pelo, el muscular y para el crecimiento.

Vitamina B3 (niacina).
Ayuda al buen funcionamiento de las enzimas. Su deficiencia causa la “lengua negra” en perros y gatos, y se caracteriza por la pérdida de peso, encías, labios e interior de las mejillas inflamadas y enrojecidas. En casos graves, diarrea sanguinolenta y muerte.

Vitamina B5 (ácido pantoteico).
Ayuda a la obtención de energía a partir de hidratos de carbono, grasas y proteínas. Su falta provoca pérdida de pelo, diarrea y alteraciones gástricas. Se ha asociado también con el encanecimiento anormal en perros, mucho más notable en perros de color negro.

Vitamina B6 (piridoxina).
Ayuda a que el organismo use los aminoácidos, por lo que es totalmente esencial. Su falta puede provocar cavidades en los dientes o lesiones en la piel.

Vitamina B9 (ácido fólico) y B12 (ciano cobalamina).
Trabajan en sintonía para fabricar nuevos glóbulos rojos y proteínas. El ácido fólico ayuda a prevenir malformaciones en los fetos, como espina bífida o paladar hendido. De ahí que muchos criadores opten por suplementar a futuras hembras gestantes con ácido fólico a partir del celo y durante la gestación.

Minerales.
Son elementos inorgánicos que intervienen en muchas funciones del organismo, como la formación del hueso y el cartílago, manteniendo el equilibrio ácido/base, funcionamiento del músculo y nervios y en la producción de hormonas.

Se agrupan en dos categorías:


Macrominerales.
Se necesitan en mayor cantidad (calcio, fósforo, magnesio, potasio, sodio y cloro).

Microminerales (oligoelementos),
que se requieren en cantidades mínimas (cobre, yodo, hierro, manganeso, selenio y zinc). Deben de aportarse a la dieta en proporciones apropiadas para cubrir necesidades y porque algunos excesos presentan toxicidad.

El calcio y fósforo deben guardar una relación de 1:1 (la misma cantidad de calcio y de fósforo) o de 2:1 (doble de calcio) para que no haya problemas dependiendo de la etapa vital del animal.


Como caso particular en Alaskan Malamutes, Huskies y cruces de ambos se lea observado unas
mayores necesidades de zinc en la dieta o corren el peligro de padecer una dermatosis por carencia de zinc, que se manifiesta en una pérdida de pelo y piel descamada sobretodo en cara, cabeza y patas. Los cachorros pueden presentar además anorexia, letargo y más susceptibilidad a infecciones menos importantes.

Esto es debido aparentemente a una
mala absorción de zinc, que empeora en épocas de estrés (perros de tiro en temporada de trabajo) o por una dieta basada en ingredientes vegetales o con alto contenido en calcio.

En este mundo relacionado con las vitaminas hay una serie de mitos que no son correctos pero que los admitimos como validos. Por ejemplo:


La fibra permite adelgazar sin riesgo. O que regulan el ritmo de los alimentos en el intestino, si consumimos más de lo debido o nos excedemos, evacuaremos tan rápidamente que no le daremos tiempo al organismo a asimilar los nutrientes necesarios que nos aportan los alimentos, con lo que aparecerán tarde o temprano carencias.
Todo esto es falso.

Otra más sería que las pastillas de calcio
ayudan al crecimiento ya que fortalecen el hueso. También es falso. Los cachorros no poseen ningún mecanismo para protegerse del exceso de calcio, un aporte extra provocará un desequilibrio, incluso puede degenerar el sistema óseo. A su vez dificultará la absorción de magnesio y zinc, con lo que pasarán a ser deficitarios en el organismo, aunque nuestro aporte diario a través de los alimentos que le damos al perro sea el correcto.

Hay que tener claro que si nuestro amigo recibe una dieta buena en un pienso de calidad no tenemos por qué darle un aporte extra de ningún nutriente,
no lo necesitará.

Cuantas más vitaminas mejor.
Falso. Un exceso podría ocasionar más problemas que beneficios. Existen algunos complejos como el B o la vitamina C que se eliminan por la orina. Sin embargo no sucede lo mismo con los grupos que se disuelven en las grasas (A, D, E, K), cuyo exceso se acumulará en los depósitos de grasa que el organismo tiene de reserva, pudiendo alcanzar niveles tóxicos para el organismo. No debemos dejarnos llevar por lo que nos dicen e intentar remediar los problemas de nuestro compañero con las consultas pertinentes a nuestro veterinario.

En el invierno hay que suplementar la alimentación.
Falso.

Es cierto que los perros en épocas frías necesitan mayor cantidad de energía, ya que con el frío el organismo requiere más “combustible” para mantener estable su temperatura interna y afrontar sin riesgo la climatología adversa. Sin embargo este aporte extra no lo debemos de suministrar en forma de cápsulas, pastillas o comprimidos, sin con alimentos. Lo ideal es darles una ración extra de pienso incrementándolo más o menos en la proporción de
¼ de la dosis que le damos diariamente. O bien cambiar el pienso por otro que le aporte más nutrientes. La mejoría la notaremos en su vitalidad, pelo, musculatura…
Pero ¡ojo!, esto es aplicable a perros que viven en el exterior, los que tienen una vida más llevadera en las casas con calefacción no necesitarán este aporte extra o no ser que por cualquier otra causa o enfermedad nos lo recomiende el veterinario.

Durante la lactancia, la madre necesita un extra de vitamina y minerales.
Verdadero.

Durante el embarazo, los aportes de nutriente para la formación y desarrollo del feto es el máximo por lo que un mayor aporte de alimento de calidad es más que recomendable. Lo mismo ocurrirá con la lactancia.


Por lo demás podemos estar tranquilos ya que si es un perro sano no tendrá necesidad de nada más, sólo de los cuidados que les dispensamos diariamente.

Fuente: http://www.perros.com


Diez cosas que todo dueño de un perro ha de saber

1. Su mascota necesita ir al veterinario.
Cada perro necesita ser examinada por un veterinario de vez en cuando. Las enfermedades que se toman temprano son a menudo tratables, y la realización de exámenes regulares son su mejor arma. Incluso la mascota más sana puede tener un accidente, para lo cual debe llamar de inmediato a la emergencia. Las mascotas más viejas pueden sufrir dolores debido a su edad. Por lo tanto va a tener que llevar a su mascota tarde o temprano.

2. Ud. es el ser humano, usted fija las reglas.

No deje que su mascota sea quien domine. Debe fijar las reglas, y hacerlas cumplir constantemente. No deje a su mascota salirse con la suya si va contra las reglas, intentará hacerlo con más insistencia la próxima vez. Los animales no parecen tener memoria a largo, pero seguro recuerdan como consiguieron salirse con la suya la última vez.

3. Las mascotas aman una rutina aburrida.

Las mascotas desean saber qué esperar, eso los hace sentir seguros. Su perro será el más feliz si lo alimentan todos los días a la misma hora, duerme en el mismo lugar cada noche, y cuentan con que Ud. llegará a casa todos lo días a la misma hora. Estará todo bien si la rutina cambia de vez en cuando, pero manteniendo sus rutinas predecibles Ud. tendrá una mascota predecible y feliz.

4. Buen alimento y mucho ejercicio es igual a una larga vida.

Todos sabemos que debemos comer alimentos sanos con moderación y hacer mucho ejercicio. Lo mismo es para nuestras mascotas. La vida sana previene enfermedades, y no tendrá que ver a menudo al veterinario. Si una mascota pequeña está confinada en una jaula, provéale de espacio y de cosas para escalar o explorar, para fomentar el ejercicio. Reservar los premios como las galletas de perro para ocasiones muy especiales.

5. Todo termina en su boca.

Si para Ud. es un cable eléctrico, para su perro, es un juguete masticable. Tenga presente que su mascota masticará cualquier cosa y por lo tanto debe mantener los objetos peligrosos fuera del alcance de las mascotas. Anímelo a que mastique sus juguetes y provéale muchos de ellos, cambiándoselo por uno nuevo una vez que el juguete se ha dañado o arruinado.

6. Las bacterias no hacen buenas mascotas.
Un ambiente limpio mantiene a cada uno feliz y sano. Las mascotas se ensucian y por lo tanto necesitan de mucha limpieza. Una vez a la semana cepille los dientes de su perro¡Sobre una base semanal, cepillar los dientes de su perro, lave los bebederos y la caja donde duerme. Esto es necesario para prevenir parásitos e infecciones bacterianas, caries dolorosas y el olor.


7. Una estrecha seguridad salva vidas.
Mantenga su mascota confinada con seguridad. Utilice jaulas y cercas a prueba de escapes, camine con su perro llevándolo de una correa y guárdelo dentro. El mundo exterior está lleno de coches veloces, de animales desconocidos, pesticidas e incluso de ladrones de mascotas. Asegúrese de que su mascota tiene un collar fuerte con etiqueta, ha sido tatuada o microchipeada.


8. Hay demasiados animales sin hogar ya.
Las mascotas perdidas sin identificación terminan generalmente puestas a dormir en los albergues cuando pierden su hogar. Incluso es peor para aquellas mascotas que desde un comienzo nunca tuvieron hogar. No hay suficientes buenos hogares allí afuera, así que lo mejor es que mantenga a su mascota esterilizada o castrada y no les permita tener cría. Si Ud. desea otra mascota considere adoptarla.


9. Ante la duda, mire a la naturaleza.
Cuando se enfrenta con un problema con su mascota, piense como habría vivido en la naturaleza. Desea mantener alejado a su perro de las peleas? Investigue como es su comportamiento en la vida natural. Nuestras mascotas se desarrollaron para vivir en la vida salvaje, y entendiendo su ambiente natural, necesidades, y comportamiento social, podemos ayudaros a vivir con nosotros más confortablemente.


10. Todo depende de Ud.

En última instancia, cuando aceptó este animal como animal doméstico, acordó tomarlo bajo su cuidado. Esto significa que Ud. es el responsable de su alimentación, hábitat, salud, seguridad. Lleva mucho tiempo y dinero el cuidado correcto de una mascota. Cuide de su mascota así pueden tener una vida larga y agradable juntos.

domingo, 23 de octubre de 2011

Los premios y castigos en los perros

Desde que un cachorro entra en nuestra casa tenemos que tener en cuenta que lo más importante durante los próximos meses va a ser él, y para que podamos convivir es imprescindible que lo eduquemos perfectamente. 

Uno los métodos para educar a un perro es
premiando su buen comportamiento y su obediencia ante las órdenes que le damos. Los premios son fundamentales para ir educando de forma positiva a nuestro animal y para que nuestra mascota se sienta motivada a la hora de cumplir tus órdenes. Galletas, pavo o salchichas, son unos ejemplos de cosas por las que un perro haría cualquier cosa. Antes de empezar, tenemos que tener claro que nada en esta vida es gratis, así que si nuestro perro quiere una galleta o su juguete favorito tendrá que sentarse, tumbarse o hacer lo que le mandemos. Así, verá recompensado su esfuerzo. 

Uno de los lugares en los que los perros esperan obtener comida, es mientras cocinamos o abrimos la nevera; poniendo cara de pena nos incitan a darles algo que no se han ganado. Hay que tener muy claro que si quiere algo tendrá que ganárselo. Asimismo, no debemos darle un premio si acaba de hacer algo malo o acabamos de regañarle, ya que eso lo confundiría. 


Los perros
aprenden por repeticiones, si cada vez que se siente o que le obliguemos a sentarse, le damos un premio, asumirá que cuando oiga la orden de “sentado” obtendrá comida. Poco a poco debemos ir espaciando los premios al dar la orden y sustituirlos por caricias o buenas palabras, para que al final solo nos obedezca porque nosotros se lo decimos y su única recompensa será un “muy bien”. Sino nuestro perro solo nos obedecerá si le damos comida. Debemos tener en cuenta que no hay que abusar de ciertos premios, tales como salchichas, ya que no es un alimento muy sano.

No olvidemos que todo proceso de aprendizaje requiere su tiempo, y nuestro perro no puede aprender todo en cinco minutos. Asimismo, debemos tener en cuenta que al igual que las personas, nuestras mascotas se cansan y se aburren. Por lo tanto, no podemos exigir que este todo el día sentándose o tumbándose, ya que podríamos causar el efecto contrario y retardar el aprendizaje. Una buena manera de educar a nuestro cachorro y enseñarle trucos nuevos, es marcarnos cinco minutos cada día para repasar lo aprendido el día anterior, y aprender algo nuevo. 


Respecto a los
castigos, debemos huir de las correcciones físicas, ya que lo único que conseguiremos es que nuestro perro sea miedoso. Los perros no aprenden a base de violencia, al contrario, esto puede ser contraproducente. Con ese tipo de castigos solo conseguiremos tener un perro inestable mentalmente. Los castigos pueden ser muy variados, pero un “no” fuerte y rotundo conseguirá que tu perro asimile que lo que ha hecho no está bien. Tanto los premios, como los castigos deben de hacerse en el mismo momento en el que el perro hace la acción, ya que sino nuestro perro no entenderá el porqué. Asimismo, es aconsejable que nuestro tono de voz sea firme y calmado, solo deberíamos gritar en casos extremos o de peligro. Los animales no entienden más cosas porque les gritemos más. La paciencia, la firmeza y la constancia son tres cualidades indispensables a la hora de educar a un perro.

Fuente: http://www.perros.com


jueves, 20 de octubre de 2011

Fomentá la inteligencia de tu perro jugando

Todo el mundo sabe que hay que ejercitar a los perros físicamente, pero nos olvidamos de su inteligencia, su memoria y su determinación. Los perros tienen la necesidad instintiva de adaptarse al medio en el que viven, esto puede resultar estresante sino están preparados psicológicamente y sus habilidades de adaptabilidad, memoria y capacidad de reacción no están desarrolladas. Por medio de varios juegos lograremos que nuestro perro ejercite su mente y se divierta. Con estos ejercicios conseguiremos, además, que nuestro perro, ya sea adulto o cachorro, aumente su capacidad para resolver problemas.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta a la hora de jugar con nuestro perro, es que sea cual sea el juego, nosotros estamos al mando, somos quien decidimos cuando empieza y cuando termina.

Uno de los ejercicios que fomentan su habilidad mental es “la carrera de obstáculos”. Esta prueba ayuda al perro a resolver los problemas que le surjan y lo motiva para conseguir el premio. 


La carrera de obstáculos
Podemos tumbar dos sillas en el suelo y colocarlas juntas, formando una barrera. Dejaremos el premio en el lado contrario al que esté el animal, mientras él nos mira. Cuando esté todo listo, dejaremos que el perro resuelva como llegar al premio. En vez de dos sillas, podemos poner cualquier aparato o mueble que permita al perro rodearlo, pasar por debajo o por encima. 


Podemos complicar el ejercicio añadiendo obstáculos, cronometrando al perro para que cada vez sea más rápido o diciéndole mediante órdenes que camino debe de seguir. Con este tipo de pruebas conseguimos aumentar la determinación de nuestro amigo. Asimismo, con este tipo de juegos/ejercicios, podremos comprobar la capacidad de nuestro perro para deportes como el Agility.


El escondite
 
Esconderemos un premio detrás de algún mueble, mientras el perro nos mira. Después sacaremos al perro de la habitación y le dejaremos entrar unos 30 segundos después. Nuestro perro deberá recordar el lugar en el que hemos escondido su premio y encontrarlo. El tiempo de espera fuera de la habitación puede variar. El objetivo de este juego es ejercitar la memoria de nuestro perro a la vez que nos divertimos.

El trilero
Este juego lo realizaremos con la ayuda de tres cubiletes lo suficientemente grandes para que nuestro perro los pueda agarrar con la boca, pero no se los pueda tragar. Empezaremos con un solo cubilete e iremos incorporando el resto a medida que nuestro perro acierte. Mientras nuestro perro nos está mirando, colocaremos un premio (bacon, salchichas…) debajo del cubo. Luego dejaremos que él vaya y lo descubra.

Este juego aumenta la capacidad de resolver problemas, así como la determinación.

Es importante que recordemos que no debemos enfadarnos porque nuestro perro tarde más en hacer un ejercicio o no lo consiga. Posiblemente no sea un buen momento para realizar estos ejercicios. Debemos encontrar el momento oportuno, en el que él esté atento y haya descargado algo de energía física, pero que no este agotado. No es aconsejable realizar estos juegos justo después de que nuestro perro haya comido, ya que no mostrará interés por los premios.

Asimismo, debemos terminar cada uno de estos ejercicios con alabanzas y buenas palabras, para que nuestro amigo los relacione con algo divertido y bueno para él.
Seguro que este tipo de pruebas estimulan a nuestro perro y nos ayudan a seguir aprendiendo junto a él.

(Cualquier juguete que utilicemos debe tener un tamaño suficiente para que nuestro perro no se lo pueda tragar y esté a salvo de ahogamientos)

Fuente: http://www.perros.com

Consigue el respeto de tu perro

Los perros son animales que viven en manada, y en toda manada hay un líder al que sigue el resto del grupo. Desde que un perro entra en nuestra casa, debemos hacerle ver que nosotros somos su líder, somos los que mandamos y por lo tanto debe obedecernos.

Si nos fijamos en la naturaleza, ningún animal pega a otro con un periódico, con palos, con su propia correa, y tampoco le grita si ha hecho algo mal. Si nos queremos convertir en el líder de nuestra manada debemos ser firmes, enérgicos, pero no podemos estar histéricos, ni excitados. Ante todo, no podemos humanizar al animal, él no nos entiende, no entiende nuestro enfado. Nuestras correcciones no pueden ser agresivas ni ansiosas, deben ser firmes y sobretodo, deben realizarse en el mismo momento en el que nuestro perro ha hecho algo mal. Aunque creamos que tenemos el perro más listo del mundo, y que él sabe que ha hecho algo mal ya que se encoge o agacha la cabeza, no es así. Simplemente, tiene miedo a nuestra reacción, a nuestra agresividad, y la única forma de calmarnos es meter el rabo entre las patas y agachar la cabeza.

Con golpes y gritos lo único que vamos a conseguir es que nuestro perro se convierta en un perro miedoso, con ansiedad, agresivo. En la naturaleza el líder de la manada es afectuoso y benévolo, no es en ningún momento intimidante ya que tiene confianza en sí mismo.

Mediante estos 10 pasos conseguiremos que nuestro perro nos respete y confíe en nosotros:
  1. Evitaremos que nuestro perro duerma en lugares valiosos para nosotros, como la cama, el sillón, umbrales de las puertas o zonas de paso. Si consigue dormir en la cama o el sillón se fortalecerá, será el líder. Si le permitimos estar en umbrales de puertas o en las zonas de paso, cada vez que queramos salir de una habitación le tendremos que pedir permiso, y eso también le convertirá en el líder. 
  2. Él no iniciará los juegos y tampoco los terminará, somos nosotros quienes lo haremos. Nuestro perro necesita juegos y ejercicio pero no debe marcarnos una rutina, nosotros debemos marcársela a él. Durante los juegos no permitiremos que nos rete, es decir, no permitiremos que nos ladre, nos muerda o nos empuje.
  3. No iremos a acariciarlo, lo llamaremos, el vendrá y entonces tendrá caricias y mimos. Si quiere algo se lo tendrá que ganar. 
  4. Pasará por las puertas siempre detrás de nosotros. Por mucho que tire de la correa para salir a la calle, no podemos permitirle ir en primera posición, ese es nuestro puesto. 
  5. Cuando lleguemos a casa no lo acariciaremos salvo que esté tranquilo. Si nos salta encima no es que se alegre de vernos, nos intenta demostrar quién manda. Una vez que se haya tranquilizado, lo llamaremos y lo saludaremos. 
  6. Comerá en su cacharro, nunca antes ni a la vez que comemos nosotros. En la naturaleza, el líder es el primero en comer, y el resto del grupo se espera hasta que él está saciado. Asimismo, no le dejaremos que ponga su hocico sobre la mesa ni que se acerque a nuestros alimentos. 
  7. Mediante su adiestramiento, el aprendizaje de órdenes básicas, le demostraremos que tiene que obedecernos. Esto, aunque pueda parecer un abuso, nos ayudará a controlar a nuestro animal y a evitar posibles travesuras o malos comportamientos. 
  8. El ejercicio es fundamental en la vida de nuestra mascota. Un perro con exceso de energía será difícil de controlar y no nos respetará. Es muy importante que le proporcionemos el ejercicio necesario para que esté tranquilo y consuma su parte ansiosa y agresiva. 
  9. Debemos marcarle límites, reglas y normas para convivir en nuestro hogar. Es importante, que al igual que cuando convivimos con otro ser humano, en nuestra casa haya una cierta disciplina, así nos podremos respetar mutuamente. 
  10. Para que la jerarquía que queremos sea efectiva, no podemos darle más privilegios que a otro miembro de nuestra casa. Por mucho que queramos a nuestra mascota, debemos enseñarle que todos nuestros amigos, vecinos y familiares están en una escala superior y que los debe respetar. Para este punto es recomendable hacer que nuestro perro sea sociable, tanto con las personas como con otros animales.
Fuente: http://www.perros.com

lunes, 17 de octubre de 2011

Adiestrar al perro para que no muerda tus cosas

Existen varios motivos por los que nuestro perro muerde nuestros objetos más preciados; la ansiedad, el aburrimiento, el dolor de encías o la hiperactividad son los más frecuentes.

Si tenemos un cachorro de entre tres y seis meses podemos entender este comportamiento como algo normal, ya que lo más seguro es que les duelan las encías porque le están saliendo los dientes. Para evitar que se acostumbre a morder nuestras cosas es recomendable que le compremos juguetes que pueda morder, huesos, pelotas… Antes de darles cualquier objeto debemos asegurarnos que no sea tóxico ni perjudicial para su salud y que tenga un tamaño adecuado para evitar ahogamientos. Los juguetes que pitan suelen ser sus preferidos, pero pueden volvernos locos.
Nunca debemos darle zapatos viejos o cosas nuestras, ya que nuestro perro no diferenciará un zapato viejo de uno nuevo. Si elegimos los huesos naturales para que nuestro perro se desahogue, debemos tener en cuenta que no sean de pollo, ya que pueden astillarse. Los huesos de jamón son los más recomendables siempre que tengan un tamaño adecuado.

Si a pesar de sus juguetes nuestro perro prefiere los objetos de nuestra casa debemos vigilarlo a todas horas para poder reprenderle en el instante que intente mordisquear algo. Si encontramos a nuestro perro mordiendo, por ejemplo la pata de un sofá, debemos ser firmes y contundentes, un fuerte
NO le dirá que lo que hace no está bien, seguidamente lo apartaremos de ese lugar y le daremos su juguete para que lo muerda. Esto debe ser suficiente para que nuestro perro no vuelva a morderlo, pero hay que ser constantes, la mayoría no lo aprenderán a la primera. No debemos desanimarnos ni reprenderlo con castigos físicos. Los periódicos enrollados no son un buen método de aprendizaje.

Normalmente, nos encontramos que nuestro perro ha mordido muchas cosas cuando nosotros no estábamos en casa, si vemos que ha mordido algo pero no lo hemos pillado infraganti, es inútil y absurdo regañarle o castigarlo por ello. A pesar de los desastres que pueden llegar a causar, los muebles carísimos que pueden romper o los valiosísimos objetos que pueden destrozar, no debemos perder los nervios, los castigos físicos lo único que consiguen es convertir a nuestro amigo en un animal asustadizo.

Lo más eficaz para evitar que nuestro cachorro muerda todo cuando no estamos, es dejarlo en una habitación vacía o con cosas que no pueda morder y destrozar, este es el mejor método, pero antes de encerrar a nuestro amigo, es preferible que le demos un gran paseo o que haga algo de ejercicio, así conseguiremos que durante el tiempo que esté en esa habitación no lo tome como un castigo, sino como un descanso.

Cuando nosotros estemos en casa, debemos dejarlo que juegue y examine todos los rincones, pero siempre bajo nuestra supervisión, un descuido puede ser el momento perfecto para que un perro rompa todo lo que haya a su alcance. Debemos anticiparnos y cuando simplemente este oliendo la pata de la mesa o un zapato, avisarle con un fuerte NO que eso no lo puede hacer.


En el caso de que nuestro perro tenga más de un año, el comportamiento de morder todo lo que haya a la vista es un problema. Podemos achacar esta conducta a la falta de ejercicio, al aburrimiento y a la ansiedad. Si dejamos a nuestro perro demasiado tiempo sólo es muy posible que debido al aburrimiento, empiece a morder todo lo que tenga a su alcance. Cuando un perro está aburrido es capaz de todo. En este caso, lo único que podemos hacer es ejercitarlo antes de dejarlo varias horas sólo.


Un paseo de cinco minutos para que haga sus necesidades no es suficiente para gastar la energía sobrante de un perro. Si queremos evitar que emplee esa energía destrozando nuestra casa, debemos cansarlo y pasear
media hora mínimo antes de irnos. Cambiar la rutina de un perro no es fácil, requiere mucho tiempo y dedicación, pero no es imposible. Para estos casos, aunque nuestro perro sea adulto, podemos dejarle juguetes o huesos para que se entretenga.

Si nuestro perro, a pesar de dar largos y agotadores paseos, sigue destrozándonos la casa debemos considerar la opción de que sufra ansiedad o algún otro problema más grave. Los perros de avanzada edad pueden sufrir un trastorno llamado
Síndrome de Disfunción Cognitiva, es una enfermedad similar al Alzheimer en los humanos. Esta enfermedad afecta entre otras muchas cosas a la capacidad de aprendizaje del perro y a su memoria. Para tratar estas enfermedades es recomendable acudir al veterinario de confianza.

Fuente: http://www.perros.com

 

sábado, 15 de octubre de 2011

Cómo tratar a un perro miedoso

Uno de los problemas de conducta más habituales de los perros es el miedo, de este problema derivan muchos otros como la agresividad y el estrés.

A todos nos gusta el hecho de tener un perro fuerte que nos proteja en caso de peligro o que nos alerte si algo malo puede pasarnos, pero no debemos confundirnos, un perro inestable y que ladra o ataca por miedo no es bueno, ni para nosotros ni para el propio animal. Hemos oído muchas veces el dicho de “perro ladrador poco mordedor”, sin embargo, esto es erróneo en la mayoría de los casos. Los perros ladran por muchos motivos, y uno de ellos es por inseguridad y ansiedad. Evitan el primer contacto intentando ahuyentar al “enemigo” ladrando, pero si un perro miedoso se ve acorralado atacará. 


Para ayudar a nuestro perro y darle confianza en sí mismo debemos tener en cuenta que es un perro y no una persona. Esto parecerá una tontería, pero si no nos concienciamos de ello desde el primer momento, nuestro perro será inestable toda su vida. Los seres humanos inconscientemente tratamos los miedos con cariño y palabras de afecto, así creemos que aumentamos su confianza y le damos la seguridad que necesita, sin embargo, estamos reforzando lo contrario. Con afecto y diciendo “tranquilo, no pasa nada, estoy a tu lado”, lo único que conseguiremos es transmitir que algo está pasando, que debe estar alerta porque nosotros nos comportamos de forma extraña o inusual. 


Tras habernos concienciado de la condición de animal de nuestro perro, existen varias pautas que mejoraran la confianza de nuestro amigo. 


Lo primero debemos cambiar es nuestro modo de actuar ante las situaciones que le producen miedo o ansiedad. Debemos anticiparnos, cuando veamos que nuestro perro comienza a agachar sus orejas y a meter el rabo entre las patas, actuaremos rápido y lo sacaremos de ese estado. No debemos dejar que se fije en lo que le produce esa sensación, así que en ese momento comenzaremos a correr o nos lo llevaremos a otra habitación a jugar. Debemos convertir ese momento en un premio, en algo divertido. Pero lo más importante es que no debemos calmarlo hablándole. 


Asimismo, debemos tener en cuenta su lenguaje corporal, las orejas agachadas y la cola entre las patas significa miedo; la boca abierta y jadeante es síntoma de tranquilidad; los bostezos significan que esta liberando tensiones; ver a nuestro perro con el lomo erizado significa que esta alerta para atacar… Gracias a estas formas de actuar, podremos identificar lo que le pasa en cada momento y así podremos actuar en consecuencia. 


En el caso de que a nuestro perro le asusten las personas o alguien en concreto, debemos ser cuidadosos, evitaremos que la gente lo agobie con caricias en la cabeza o en el rabo. Si alguien quiere tocarlo debe hacerlo por el cuello o el pecho, ya que son las zonas menos amenazadoras para nuestro animal. Asimismo, si alguien quiere acercarse a él, debe hacerlo sin mirarle a los ojos, dejándole que primero lo huela y preferiblemente dándole la espalda o estando sentado en el suelo. Así, el animal percibirá que no quiere acercarse a él para atacarlo. 


Debemos tener en cuenta que la inseguridad y el miedo producen mucho estrés en nuestro perro, una buena cantidad de ejercicio le ayudará a ser más equilibrado y a reducir sus tensiones. 


Por último, y no por ello menos importante, jamás debemos educarlo con métodos de castigos físicos, ya que esto reforzará el miedo y la agresividad, y como consecuencia podía llegar a atacarnos. En cualquier caso, si tuviésemos un perro demasiado miedoso o ansioso y no pudiésemos controlarlo, es deberemos consultar con nuestro veterinario de confianza.

Fuente: http://www.perros.com


miércoles, 12 de octubre de 2011

Perros dominantes

El patrón de comportamiento en los perros es muy similar al de los lobos. Entre estos el jefe o líder de la manada, que como siempre pasa tiene privilegios con respecto a los demás en temas de comida, lugar de descanso, actividad sexual, siempre serán los primeros. También ser líder conlleva su deber de proteger al resto del grupo, que estará formado por individuos de menos rango.

Cuando el perro forma parte de una familia, va a seguir ese mismo comportamiento. El perro establecerá individualmente con cada uno de los miembros de la familia, una relación de dominancia o subordinación.


Este proceso comienza cuando el perro es un cachorro. Lógicamente el perro debería ser el miembro de la familia que ocupe el lugar más bajo en la escala. Pero el problema surge cuando nuestra mascota percibe a través de la interacción con las personas, que su posición respecto a uno o varios miembros de la familia es de dominancia. Si es así, cuando nuestra mascota vea cuestionado su liderazgo defenderá su posición, mostrándose más o menos agresivo.


Esta "agresividad" suele presentarse cuando el perro alcanza los 2 años, aproximadamente. Para eliminar esa "agresividad" habrá que realizar una terapia de modificación de conducta.


Premio y castigo


Son técnicas muy sencillas que nos servirán para educar a nuestro perro. Para ello es muy importante saber qué conductas hay que premiar y cuales castigar. Tanto el premio como el castigo han de ser inmediatos para que el perro pueda asociar una mala o buena conducta.


Si lo que queremos es premiarle, lo podemos hacer tanto con comida, como con palabras cariñosas o caricias aunque sin duda una galleta como premio es lo ideal. Siempre es bueno llevarlas con uno mismo para proceder en caso de necesidad.


Si lo que queremos es castigarle, debemos hacerlo con la suficiente intensidad para que ellos tengan claro que han hecho algo mal. Debemos evitar los castigos físicos dolorosos y exagerados.



Controlar la alimentación


Debemos de evitar darle comida cuando el perro nos lo pida. Se les deben dar 2 ó 3 veces al día. No se le debe dar comida cuando estemos comiendo. Importante recordar el lugar que ocupan. Por lo que nosotros somos los que comemos primero.


Jugar de forma adecuada


Los cachorros son incansables, y siempre están jugando. A través del juego el cachorro aprende muchísimas cosas, como a controlar la fuerza del mordisco. Utilizan el juego para saber qué posición ocupan en relación con cada uno de los miembros de la familia.

Se deben evitar los juegos competitivos en los que consiga la victoria al final, se creerá dominante. Si lo hace debemos darle una orden firme de no para que esto no suceda.

La obediencia es la mejor forma de fomentar el liderazgo del propietario y así podremos asegurar que tenemos el control sobre el perro. Debemos trabajar con el perro dándole órdenes sencillas como, AQUÍ, QUIETO, SIENTATE,…..Como es costoso conviene dedicarle al principio sesiones de 3 minutos cada una 3 veces al día. Tal y como decíamos antes, como se trata de aprendizaje, es premio y debemos darle una gallega para que él consiga identificar que ha hecho algo bueno.

A partir de ahí debéis emplear con él el sistema de nada es gratis: cada vez que quiera conseguir algo, deberá primero obedecer una orden sencilla: por ejemplo, cuando vosotros decidáis que le vais a dar la comida, primero le daréis la orden de "siéntate", y cuando lo haya cumplido, le pondréis el plato en el suelo.

Ejercicio físico


Necesario para reducir los estados de ansiedad en el perro ya que ayudan a aumentar los niveles de serotonia favoreciendo la atención y obediencia.

 Fuente: http://www.perros.com

martes, 11 de octubre de 2011

¿Agresividad o dominancia?

En estos tiempos en los que todos jugamos a aprendices de etólogo, es frecuente escuchar el término “perro dominante” aplicado al perro peleón o pendenciero, y de igual forma se aplica “agresividad por dominancia” a los casos en los que el perro ¿dominante? comienza la pelea o el altercado sin motivos aparentes. En ambos casos el concepto “dominante” no está siendo utilizado de forma correcta. Agresividad no es sinónimo de dominancia.

El “perro dominante”. Con frecuencia se confunde al perro realmente dominante (después lo definiremos)
con un perro mal socializado. Un perro que no sabe comportarse ni con sus congéneres ni en su entorno, pero no porque sea dominante, sino porque desconoce las reglas del juego y -en la mayoría de los casos- su inseguridad le lleva a reaccionar con agresividad. El perro peleón no es el dominante, ni el sumiso, sino el que ocupa escalones intermedios y busca “su sitio”. El verdadero perro dominante es un animal tranquilo, seguro de sí mismo, que nunca reacciona con agresividad sin motivo y no provoca altercados gratuitamente, tal vez sea insolente y desafiante, pero no agresivo. No reacciona con agresividad a estímulos menores, sino que los ignora, ya que es un animal seguro de sus posibilidades. Un perro dominante puede manifestar, o no, agresividad por dominancia. Un perro de estas características es un animal duro y muy complicado para personas sin experiencia, que explora los límites y los supera (con otros perros y también con los humanos) porque él se siente por encima. Reconducir/modificar esa conducta es posible con tiempo y técnicas apropiadas, pero no está al alcance de cualquiera sin experiencia ni es tan sencillo como forzar la postura de sumisión (alpha roll over). La figura del profesional canino cualificado es imprescindible para conseguir resultados positivos, fiables y duraderos.

La agresión es un problema de la conducta canina más frecuente, por el cual los perros son llevados al veterinario o a centros de adiestramiento.


El término agresión no es muy conciso, haciendo referencia a la conducta amenazante o peligrosa dirigida hacia un individuo o grupo.


La agresividad en los perros ha de entenderse, en términos generales, como un conjunto de factores entre los que se encuentran:


Ambientales(animal encadenado).
Genéticos( razas).
Fisiológicos( animal no castrado).
Motivacionales (defensa).
Instrumentales (experiencia traumática o enseñada).
Patológicos(dolor, molestia).

Como consecuencia de este fenómeno, se puede
encontrar distintos grados de violencia canina que deberán ser tratados por especialistas de formas diferentes.

La agresividad es una
conducta natural de los perros que permite regular las relaciones entre los miembros de una manada, y entre éstos y los otros animales. En el entorno doméstico esto se puede convertir en un problema que dificulte la convivencia del animal con las personas.

La clasificación de la conducta del perro más utilizada incluye los siguientes tipos de agresividad canina:


Agresividad con causa orgánica:


Esta forma de agresividad incluye tanto la agresividad causada por el dolor como aquella que es consecuencia de un problema orgánico, como los problemas hepáticos o el hipotiroidismo, suponiendo entre el 15 y el 20% de los casos.


Agresividad sin causa orgánica:


Agresividad por dominancia.
Agresividad por miedo.
Agresividad territorial.
Agresividad en el juego.
Agresividad depredadora.
Agresividad redirigida.
Agresividad maternal.

La agresividad por dominancia es el tipo
más frecuente en el perro, suponiendo entre el 40 y el 80% de todos los casos, seguidos de la agresividad por miedo y la agresividad territorial.
Los perros han evolucionado a partir de los lobos y estos manifiestan una conducta social y una organización jerárquica que implica un animal líder en la cúspide, el cual controla las situaciones o la conducta de otros miembros del grupo.

La agresión por dominancia se puede manifestar cuando un determinado perro se da cuenta que
está siendo desafiado o de que esta perdiendo el control de un recurso o de una situación a favor de un subordinado (un perro o una persona). Si la agresión se manifiesta, está influida por numerosos factores.

Por este motivo, los perros que han establecido la dominación sobre una determinada persona pueden reaccionar de
modo agresivo si la persona se acerca cuando el animal esta comiendo o descansando o si una persona manifiesta signos sociales de dominancia.

La
agresividad por miedo es desencadenada por un estimulo miedoso, que puede manifestarse cuando el perro es amenazado o castigado. Generalmente se presenta cuando el perro es incapaz de eludir el estímulo que provoca la respuesta de miedo.

Las causas más frecuentes de esta agresión son la socialización insuficiente y el
castigo inoportuno y la genética puede desempeñar un papel en la determinación del umbral correspondiente a una respuesta de miedo.

La
agresividad territorial se presenta cuando la conducta agresiva va dirigida hacia una persona o hacia otro animal que no considera miembro de la manada pudiéndose manifestar agresión hacia las personas o hacia otros animales que se acercan a los miembros de la familia.

La agresión territorial puede verse exacerbada si el perro
está atado o encerrado.

Descubrir las causas que llevan a un perro a comportarse de forma agresiva es un proceso similar a deshojar una margarita o pelar una cebolla: tendremos que ir eliminando posibilidades hasta dar con el motivo real.


De este modo, la primera pregunta que tendremos que hacernos es: ¿Lo provoca un problema de conducta o hay un origen clínico? Esto sólo puede responderlo nuestro veterinario, tras un examen clínico del perro y que hemos comentado con anterioridad.


Hay causas patológicas que requieren un tratamiento complicado, pero también existe la llamada
“agresividad inducida por dolor”. Problemas tan comunes como una inflamación del oído que acabe en agresividad hacia aquellos que se encuentren próximos al animal. Debemos ser conscientes de que el perro no tiene capacidad de pensar de forma abstracta: para él, si siente dolor ahora es porque algo o alguien le lastima ahora, y culpará a la persona u animal más cercano. Es por ello que debemos someter al can a un examen completo, con el propósito de localizar la fuente del dolor y tratarla para eliminarlo.

Si tras un análisis veterinario no hay causa aparente de la agresividad, estaremos hablando de un problema
de conducta. Llegado este punto tendremos que seguir deshojando la margarita:

¿Nuestro perro es dominante o sumiso? Cuando llega al parque ¿Se dirige directo al centro del grupo de perros que estén jugando o por el contrario hay que “invitarle” a acercarse? ¿Se coloca delante de nosotros de forma longitudinal, de frente a los perros o se sitúa de forma transversal, como si nos impidiera el paso con el cuerpo y se reclina sobre nosotros? Es importante saber si nuestro perro es dominante o sumiso, pues la forma de proceder en ambos casos es muy diferente.


Si el perro es dominante podemos encontrar diferentes tipologías de agresividad, como las enumeradas al principio.


En el otro lado de la balanza se encuentran los perros excesivamente sumisos, que suelen mostrar la
agresividad por miedo.

Cada tipo de violencia responde a un impulso concreto, busca resolver una situación concreta, y por tanto hay soluciones diferentes. Asimismo, cada perro es distinto al resto. En su comportamiento afectan factores propios de los perros tan variados y a la vez determinantes como son el sexo, la edad o la disposición genética, pero también afectan otros valores como la edad a la que fue retirado del contacto con su madre y hermanos o la forma en que se ha llevado el periodo de socialización, fundamental para todo animal social, y cuyos artífices somos nosotros, los propietarios.


Por ello no es justo achacar toda la culpa de un mal carácter al perro, nosotros tenemos mucha responsabilidad en ello.
Y tampoco es útil sentirse mal por un fallo en su educación causado por la falta de información. Siempre es buen momento para reconducir a un perro, tan solo hace falta tener interés en ello y paciencia. Y, asombrosamente, todos los perros tienen la capacidad de cambiar de actitud.

¿Y cómo erradicar la agresividad? Una vez determinado el tipo de agresividad que presenta el perro es más sencillo, pues podemos atacar solamente a la raíz del problema, sin estropear su carácter.


Algunas tipologías, como la Competitiva-posesiva, la Dominante-jerárquica, la Territorial o la Aprendida-impulsiva se dan siempre bajo un mismo factor: ausencia de unas
limitaciones claras y bajo nivel de liderazgo humano.

Para
ello existen un gran número de actos “rituales” que se deben adoptar (la forma de entrar y salir de casa, de darles la comida o de ubicarles para dormir, etc.) que ayudan a que el perro descubra la nueva actitud del propietario, dispuesto ahora a asumir el mando y a cubrir todas esas necesidades que el perro requiere. Como asesores debemos ayudar a los propietarios a adoptar esa nueva figura, la del líder.

Aprender a corregir el paseo
es fundamental, pues si el perro asume que no es él quien toma las decisiones en la calle esperará a que seamos los humanos los que le digamos cómo obrar.

Para tratar la agresividad por miedo tendremos que, por igual,
reforzar nuestra imagen de líder y elevar la autoestima del perro, desensibilizándolo de aquello que le provoca el miedo
Será preciso enfrentar al perro al motivo de su miedo y estimularlo para cambiar su percepción de la causa, hasta el momento negativa, por algo más positivo y menos amenazador. Tan solo lograremos que un perro abandone una conducta agresiva hacia los perros logrando que entre voluntariamente dentro de un grupo numeroso de estos y ayudándole a comprobar que no tiene por qué pasarle nada malo. En este caso, la firmeza y la suavidad tendrán que estar estrechamente ligadas, para que el animal perciba un modo de actuar seguro y firme pero confiado y tranquilo.

Fuente: Dr. Oscar Sáez Mengual, Eduardo Ortega