Una vez adulto, ha llegado a su tamaño normal y el exceso de nutrientes que no son aprovechados por el organismo comenzarán acumularse en forma de grasas que se manifiesta en lo que conocemos como obesidad, hay razas más propensas que otras como por Ej.: el Collie y otras más hiperactivas, tienden a ser delgados como el Setter.
Si no se realiza un control adecuado de la dieta, y sí el perro lleva una vida sedentaria, correrá el riesgo de volverse obeso, con los riesgos que ésta provoca, como desórdenes físicos tales como problemas cardíacos, de respiración, desórdenes digestivos y a nivel óseo, ligamentos, articulaciones, puede llegar a una artritis degenerativa.
Mientras la actividad de nuestro amigo disminuye, el consumo de alimentos necesita ser ajustado para ayudar a prevenir la obesidad:
- Trate de evitar darle comida en la mesa, el "picoteo" del desayuno, almuerzo, merienda y cena del dueño, cumple todos los requisitos necesarios para engordar a nuestro perro. A veces, suprimiendo esta costumbre es suficiente para que el animal vuelva a su peso indicado, un truco es poner un recipiente con granos de balanceado en nuestra mesa, y en vez de administrarle bocadillos de nuestra comida, le damos unidades de alimento balanceado para engañarlo, pero lo menos posible.
- Reduzca la ración aproximadamente al 60 a 75 % de su consumo normal. La cantidad depende de las condiciones corporales de la mascota y del consejo veterinario.
- Suministre porciones menores de comida y con más frecuencia, alimentará menos, pero satisfacerá la dieta de la mascota.
- Evite dietas ricas en grasas.
- No suministre cualquier otro complemento a menos que su Veterinario se lo recomiende específicamente. El ejercicio moderado para un perro adulto debe ser parte del programa de pérdida de peso. Debe hablar este tema con su profesional.
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