martes, 29 de noviembre de 2011

Los perros y la ciencia

Laika.

Era una perra callejera de 6 kg de peso y tres años de edad cuando fue capturada por el programa espacial soviético.

Tuvo varios nombres antes de conocerla por el que pasó a la historia.

Kudryavka (rizadita), Zhuchka (bichito) o Limonchick (limoncito), para terminar con el nombre por la que se la conoce mundialmente.
Su entrenamiento estuvo a cargo del científico
Oleg Gazenko. En el entrenamiento requería acostumbrar a los perros a entornos que encontrarían en el viaje, como el espacio reducido de las cápsulas, ruidos, vibraciones y aceleraciones. Era parte del entrenamiento exponer a la perra a fuerzas centrífugas en simuladores hechos para tal efecto. Durante estas actividades, su pulso llegaba a duplicarse y la presión sanguínea aumentaba considerablemente. Este mismo proceso lo seguirían después los cosmonautas soviéticos en sus entrenamientos. La adaptación de los animales al pequeño espacio que tenían en el Sputnik 2, requirió que permanecieran en compartimentos cada vez menores y por un periodo no superior a 20 días. El confinamiento forzado provocó problemas en las funciones excretoras, incrementando su agitación y deteriorándolos físicamente.
Al principio de la misión dos asistentes eran los encargados de vigilar constantemente a Laika. Justo antes del despegue, el 3 de Noviembre de 1957, el pelaje se le limpió con una
solución de etanol y le pintaron con yodo aquellas áreas donde la perra llevaría sensores para vigilar sus funciones corporales.
El Sputnik fue lanzado ese mismo día y las constantes vitales de la perra seguidas
telemáticamente por el control de tierra. Al alcanzar la máxima aceleración después del despegue, el ritmo respiratorio del animal aumentó de 3 a 4 veces más de lo normal y su frecuencia cardíaca pasó de 103 a 240 pulsaciones por minuto.
Al alcanzar la órbita, la punta cónica del cohete se desprendió, pero la otra sección que también tenía que hacerlo el “Block A” no lo hizo, impidiendo que el sistema del control térmico funcionara correctamente. Lo que sí se desprendió de manera poco conveniente fue el aislamiento térmico y como consecuencia de esto la cápsula alcanzara una temperatura interna de 40º C. Tras tres horas de microgravedad el pulso de la perra descendió a 102 pulsaciones por minuto, tardó bastante más en tranquilizarse que cuando lo habían entrenado, esto indicaba al estrés al que estaba sometida la perrita. Eso sí agitada o no el apetito no lo había perdido.
Pero todos estos datos pararon entre los cinco y las siete horas después del despegue.

El cohete
no estaba preparado para regresar a la tierra de forma segura por lo que los rusos ya sabían que Laika no sobreviviría. Es normal si tenemos en cuenta que todo se hizo en cuatro semanas. Los científicos planearon sacrificarla a los diez días con comida envenenada, por suerte murió antes. Durante años la antigua URSS dio datos contradictorios sobre su muerte, diciendo que había muerto por asfixia al fallar las baterías o que había recibido la eutanasia según lo planeado. En 1999 dijeron que había sobrevivido cuatro días…
Pero
murió a las pocas horas después del despegue.
Es Sputnik orbitó la tierra 2570 veces durante 163 días y explotó al entrar en contacto con la atmósfera terrestre el 14 de Abril de 1958.
Después de Laika
ninguna otra misión con perros como pasajeros fue lanzada sin que existiera un sistema para el retorno seguro del animal. La deliberada muerte de Laika desencadenó un debate mundial sobre el maltrato animal y los avances científicos a costa de pruebas con animales. Aunque varios habían perecido en misiones de los Estados Unidos en los nueve años previos al Sputnik 2 .
Laika fue el primer enviado al espacio sin esperanzas de ser recuperado. Varios protectores de los derechos de los animales protestaron frente a las embajadas soviéticas. Dentro de la Unión Soviética hubo menos controversia ya que no fue abiertamente cuestionado por los medios de comunicación.


Shadow.


Su dueño, el bioquímico estadounidense
John Craig Venter, lo utilizaría para realizar en el Instituto de Investigaciones Genoménicas una primera versión del mapa genético del perro.
Comparando los datos obtenidos con la secuencia genética del ser humano, los científicos comprobaron que el linaje del perro fue el primero
en divergir del ancestro común que tienen todos los mamíferos. El antepasado común del hombre y el perro vivió hacer 95 millones de años en plena era de los dinosaurios.
Entonces, ambas especies empezaron a separarse evolutivamente.

15000 años después
sus caminos volvieron a encontrarse, cuando el hombre domesticó al perro y comenzó su cría controlada. Shadow falleció a los catorce años, en 2008 de vejez, tras tener una vida apacible y tranquila.

Marjorie.


Su sacrificio en pos de la mejora de vida en los humanos con diabetes ha sido increíble, pero no por ello horrible.

Como sabemos la diabetes es una enfermedad crónica en la
que el páncreas no suministra suficiente insulina para metabolizar el azúcar. En 1889, Oscar Minowsky, extirpó un páncreas a un perro para ver si podía vivir sin él. Al días siguiente observó que un gran número de moscas se apilaban alrededor de los charcos de orina del perro.
Por lo tanto ya teníamos
a un perro diabético. Los experimentos continuaron (no voy a entrar en más detalles), se le inyectaba extracto de páncreas de ternera. La favorita del doctor Bantive fue Marjorie (el perro número 33) que por su bondad y docilidad, simplemente se dejaba hacer. Aguantó estoicamente todas esas horribles experimentaciones.
El 23 de Enero de 1922 gracias a estos perros,
un joven de Toronto recibió la primera inyección de insulina que le permitió hacer una vida normal.

Goyet.


Podríamos
bautizarlo como el Adán canino. Su cráneo fue encontrado en la cueva Goyet, en Bélgica en 1860 y pasó a formar parte de la colección de resto arqueológicos sin que nadie se fijara en él. Pero en 2008 le hizo la prueba del carbono-14 y dató a este fósil “perruno” en el mismo contexto en el que vivieron los auriñacienses de 31.700 años de antigüedad. Hasta este momento los restos más antiguos estaban fechados en un periodo de 14.000 años atrás concretamente en Rusia.
Los análisis posteriores de isótopos, descubrieron que su alimentación se basaba principalmente en carne de caballo, renos y bueyes azmilcleros. Hay antropólogos que con estos y más datos que fueron descubiertos a raíz de estos hallazgos opinan que los auriñacienses
no domesticaban al lobo sino que más bien se adaptaron a la convivencia con los humanos por las ventajas que de elle sacaron.
A su vez los humanos vieron en el perro un ser capaz de transportar cosas y defenderlos de peligros.


Tangle.


Spaniel inglés que trabaja codo con codo con un equipo médico.

Este simpático spaniel está especializado en la detección de cáncer. Con una efectividad del 80%. ¡Ahí es nada!
El descubrimiento de que pueden hacer estas proezas fue planteada en 1989 por dos dermatólogos ingleses cuando vieron que un perro detectó células
cancerosas en un lunar de su propietaria, el cual una vez extirpado en el resultado de la biopsia se vio que contenía células de melanoma.
A partir de ahí se ha hecho hincapié en adiestrar a perros como Tangle para detectar el cáncer.
Hoy en día en Estados Unidos se sabe que perros adiestrados en estos sectores
superan en exactitud a escáneres muy avanzados lo que abre la posibilidad de una detección precoz de esta terrible enfermedad.
El estudio dirigido por el científico Tadeuz Jezierski, involucró a 55 personas con cáncer pulmonar y 31 de mama, todos confirmados. Los perros debían oler tubos en los que se habían puesto muestras de estos pacientes y distinguirlas de un grupo de 83 personas sanas. Los perros lograron identificar las muestras de pacientes con cáncer en un
90% de certeza, incluso frente a tumores en fase inicial.

Los perros de Paulov.


No te ha pasado nunca que con tan sólo hablar de comida se te ha hecho “la boca agua”.

Paulov, médico ruso, observó de forma casual que los perros que tenía en su laboratorio les bastaba oír los pasos de la persona que les traía la comida para empezar a salivar y a segregar jugos gástricos. Es decir, se anticipaban a la comida.
Paulov comenzó a estudiar este intrigante fenómeno y se preguntó si cambiando de estímulo, el resultado sería el mismo.

Tras varios días repitiéndose la secuencia sonido de la campana- presentación de la comida, el resultado era idéntico.

Pero, ¿por qué ocurre esto? Porque hay una
asociación entre dos estímulos que en principio no tenían relación ninguna. El perro ha aprendido y esto se ha conseguido a través de un entrenamiento.
Estos experimentos darían como resultado a la teoría conocida por
Condicionamiento Clásico que posteriormente aportaría parte fundamental al conductismo, escuela psicológica que pretende explicar y predecir la conducta.


Snuppy, el perro clonado.


Esta clonación llevada a cabo por científicos surcoreanos, abre las
puertas al tratamiento de enfermedades que afectan tanto a los perros como a los humanos. Como son la diabetes, demencia…
Y con lo guapo que es parece increíble que saliera de una
oreja de su padre y una “madre de alquiler”.
Snuppy un perro sano y juguetón, cuyo nombre deriva de las siglas del centro investigador de donde procede (Seoul National University) y la palabra inglesa que define a un cachorro “Puppy”.

Este precioso afgano nació por cesárea tras una gestación de dos meses de su madre de alquiler.


Perros que ayudan a las focas anilladas.
Sin la inestimable ayuda de sus perros a la bióloga marina especialista en el Ártico, Brendan Kelly, le habría sido imposible desarrollar su investigación. El objetivo de su estudio son las focas anilladas.

Debido
al cambio climático el hielo de esas latitudes se derrite antes de la temporada, por lo que las cuevas de hielo donde están las crías se derrumban cuando todavía las pequeñas están siendo amamantadas, dejándolas a merced de los depredadores.
Pero antes de que esto ocurra, estos maravillosos labradores corren delante de las motos de nieve de los investigadores. Cuando un perro encuentra una guarida zigzaguea a su alrededor, los científicos entonces, ponen manos a la obra y cavan hasta encontrar a la foca, le toman muestras de pelo y les colocan un radiotransmisor para seguir por satélite el movimiento de las poblaciones.
Los labradores tienen una tasa de un
80-85% de éxito en un radio de cinco a diez kilómetros sobre la base de operaciones.

 Fuente: http://www.perros.com

jueves, 24 de noviembre de 2011

El Origen de la Palabra Can.

El análisis de la palabra can, en las diversas lenguas indoeuropeas, resulta posible reconstruir la forma original K'uon, que pasó (entre las lenguas orientales, donde la antigua k se transforma en sh o s) al sánscrito shvan, al armenio shun, etc. y (entre las lenguas occidentales, donde la k' se convierte en k y h) al griego kýon, al irlandés cú, el gótico hunds y al latín canis.

No ha sido posible, en cambio, establecer si esa raíz K'uno, además de la indicación pura y simple del animal "perro", saber si tenía un significado importante y cual era éste.


Herodoto refiere que los antiguos Medos, pertenecientes a un grupo iraní, llamaban al perro con la palabra spoka, esto permite conocer el origen del término ruso que es sobaka, y tal vez, del término turco que es köpek.


Palabras correspondientes al indoeuropeo K'uno (demostración de la gran antigüedad del término) pueden encontrarse en lenguas pertenecientes a grupos muy lejanos, como el chino antiguo k'iuan (moderno Ch’üan), el ostiako siberiano kanak, el cafino de África oriental kunano. Vale aclarar que en el resto de África negra, en las lenguas bantús, predomina la forma buá, de origen claramente onomatopéyico; aunque en materia de derivaciones onomatopéyicas, la prudencia es necesaria: el ladrido, que en italiano se representa con bau bau y en español con guau guau , los japoneses con wa wa (pronunciado uá uá) .


En todas las lenguas neolatinas se deriva del latín canis, teniendo en cuenta las leyes fonéticas de cada una de ellas, así se tiene el español can , el italiano cane, el francés chien, el rumano cîine, el portugués cão (se pronuncia can), etc.

En español hasta el año 1400 se utilizo el término can , la denominación perro (de origen desconocido) era poco común su uso o usado en forma despectiva, pero luego la palabra perro se difundió rápidamente, aunque actualmente la palabra can ha caído en desuso.

En las lenguas germánicas modernas deriva del antiguo gótico hunds, o sea hound en alemán, hund en sueco, hond en holandés, etc. En inglés, en cambio, se produjo un caso análogo al español, el término moderno dog (de origen desconocido) y muy poco usado hasta fines de la Era Medieval, ha desplazado casi por completo a la antigua palabra germánica hound, actualmente se usa solamente en la poesía y en la composición de los nombres de algunas razas, como bassethound, foxhound, bloodhound, greyhound.


En griego moderno, perro se dice skylí, palabra que en griego antiguo significaba "perrito", "cachorro". También el término cucciolo ("cachorro") es de origen incierto, aunque pareciera una derivación del término cuccia (cucha), o sea el cachorro sería el animal que no abandona todavía la "cucha" (la palabra "cuccia" deriva del francés coucher que significa "dormir", "acostarse").


Pero otros historiadores consideran posible una conexión con el término serbocroata kucak (se pronuncia kuchak) y el persa kuciak, en ambos casos significan "perro".


La lengua más antigua de la cual existe documentación es, aproximadamente, hacia el 3500 a.C. es el sumerio, que era hablado al sur de Irak actual. En sumerio "perro" se decía nug, y de esta forma, probablemente, deriven del tamil (lengua preindoeuropea de la India meridional) nay y el japonés inu.


No son mucho más recientes los textos jeroglíficos que nos dan el nombre del perro entre los antiguos egipcios: su sonido era uhor, forma muy próxima al hor de los vascos, la misteriosa y antiquísima lengua que, aún, se habla en ambos lados de los Pirineos.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Perros y gatos

Aunque distintos, lo de que perros y gatos se llevan mal hoy en día es más un mito que una realidad. Pero no debemos de olvidar que su naturaleza es la depredación y su instinto el de la caza, todo en su interior los empuja a perseguir a otras especies animales. No es la primera vez que nos ha coincidido ver como un gato persigue a un ratón, pájaro, mosca… y que los perros hagan lo mismo con los gatos. Su impronta genética les dice que es una presa potencial que deben de perseguir para sobrevivir, siendo una clara fuente de alimento.

En los carnívoros, especialmente los felinos que lo son casi exclusivamente, esta supervivencia está basada en la predación. Por lo que es una conducta tan natural como habitual.

Será
más difícil quitarles ese instinto a los gatos que a los perros pero lo podemos controlar por medio de juegos, teniendo presente que no debemos fomentar en ellos nada que despierte ese instinto.
Existen países como Suiza o Australia donde hay como un "toque de queda" para los felinos en horarios habituales de caza en la que se les prohíbe por ley, que sus propietarios les permitan las salidas al exterior.

Pero ¡al tema! Estas dos especies pueden mirarse con desconfianza ya que son diferentes, aunque entre ellos surja un natural interés.


La
incomprensión recíproca puede ser el motor de sus relaciones, pero el que sean animales de compañía ha ayudado a cambiar y suavizar estos patrones. A su vez la proximidad del hombre, provocó una menor densidad de predadores lo que posiblemente aumentó las posibilidades de éxito en la procreación y la supervivencia de los individuos. Esta es la causa más probable para la explicación de por qué los predadores domésticos correctamente socializados con los seres humanos u otras mascotas no sólo huyen de los mismos sino que además pueden buscar compañía.

Si los acostumbramos
desde cachorros a su mutua presencia, es decir, los socializamos correctamente y los educamos para convivir, la adaptación mutua será más fácil. Asumirán que no es necesario cazar para sobrevivir y que su relación con la otra especie puede ser diferente. Desde cachorros aprenden de sus padres y sus congéneres y por supuesto del ambiente que los rodea lo que condicionará su comportamiento de adulto.

La influencia de la edad en la adaptación es importante ya que si por ejemplo, tenemos un perro mayor y entra en casa un nuevo inquilino, como un cachorro de gato este tardará más en habituarse.


Cuanto
más joven es, mejor se adaptará a los cambios.
Los cachorros son más juguetones que cazadores, no tardarán en establecer sus propias jerarquías, sus propias interacciones, sus propios roles. Aunque es importante que siempre dispongan de sus específicos lugares para comer y dormir para que puedan refugiarse en momentos de agobio.

La presentación es un momento muy importante en la futura relación, es mejor que nuestro perro en ese momento esté relajado después de un buen paseo, cuando esté relajado o tranquilo. Si cuando le mostramos la nueva mascota da muestras de tranquilidad hay que felicitarlo, demostrarle que te enorgullece su reacción pacífica. Cuanta más edad tenga el perro
más paciencia hay que tener, pero la fórmula es la misma.

Algunos pasos interesantes o referencias que sería aconsejable que tengamos en cuenta serían:

  • Nunca permitas que tu perro o cachorro se acerque al gato.
  • Tu perro querrá olfatearlo y al gato esto no le ayudará a entablar una amistad, más bien le molestará y lo más probable es que tenga ganas de salir pitando, algo que hará que tu perro lo persiga intentando jugar con él. Viendo el panorama lo mejor es que cuando el gato y el perro estén en la misma habitación, el perro esté tumbado y tranquilo, controlándolo así el gato gana poco a poco confianza cerca de él sin que le agobie.
  • Permite que tu gato se acerque al perro, pero supervísalo no vaya a ser que la líen, y se ponga en modo “persecución”.
  • Si tu gato quiere esconderse, déjalo. No hay que forzar la situación. Permite que el gato investigue al perro según sus propios deseos. Es posible que lleve entre ocho a diez semanas hasta que el gato se ajuste a compartir su casa con su nuevo amigo.
  • Deja a tu perro y gato separados cuando no estés en casa, hasta que no tengas la certeza de que ahora la cosa ya está tranquila y no se van a poner a correr uno detrás de otro.
  • Premia cualquier buena conducta que surja entre los dos.
  • Cada vez que el perro permita que el gato se acerque o que camine cerca de él sin perseguirlo, felicita efusivamente a tu perro.
  • Recuerda que con una buena disposición los dos llegarán a un entendimiento, tarde o temprano.
 Fuente: http://www.perros.com

 

domingo, 13 de noviembre de 2011

La obesidad en los perros

El cachorro tiene un gran desarrollo y rápido crecimiento, desde el destete a los 8 o 9 meses donde llega al 80% de su desarrollo, alcanzando al año de vida su tamaño adulto, esto tiene alguna variación según la raza, pero por regla general, eso sucede las más de las veces. El animal, mientras se encuentra en etapa de desarrollo, está formando hueso y músculos, como así también, el crecimiento de la piel y los órganos internos, este proceso requiere de un gran gasto de nutrientes, los cuales, son incorporados al organismo mediante la dieta, eso indica los altos requerimientos nutricionales del cachorro en su etapa de desarrollo.

Una vez adulto, ha llegado a su tamaño normal y el exceso de nutrientes que no son aprovechados por el organismo comenzarán acumularse en forma de grasas que se manifiesta en lo que conocemos como obesidad, hay razas más propensas que otras como por Ej.: el Collie y otras más hiperactivas, tienden a ser delgados como el Setter.

Si no se realiza un control adecuado de la dieta, y sí el perro lleva una vida sedentaria, correrá el riesgo de volverse obeso, con los riesgos que ésta provoca, como desórdenes físicos tales como problemas cardíacos, de respiración, desórdenes digestivos y a nivel óseo, ligamentos, articulaciones, puede llegar a una artritis degenerativa.

Mientras la actividad de nuestro amigo disminuye, el consumo de alimentos necesita ser ajustado para ayudar a prevenir la obesidad:

  • Trate de evitar darle comida en la mesa, el "picoteo" del desayuno, almuerzo, merienda y cena del dueño, cumple todos los requisitos necesarios para engordar a nuestro perro. A veces, suprimiendo esta costumbre es suficiente para que el animal vuelva a su peso indicado, un truco es poner un recipiente con granos de balanceado en nuestra mesa, y en vez de administrarle bocadillos de nuestra comida, le damos unidades de alimento balanceado para engañarlo, pero lo menos posible.
  • Reduzca la ración aproximadamente al 60 a 75 % de su consumo normal. La cantidad depende de las condiciones corporales de la mascota y del consejo veterinario.
  • Suministre porciones menores de comida y con más frecuencia, alimentará menos, pero satisfacerá la dieta de la mascota.
  • Evite dietas ricas en grasas.
  • No suministre cualquier otro complemento a menos que su Veterinario se lo recomiende específicamente. El ejercicio moderado para un perro adulto debe ser parte del programa de pérdida de peso. Debe hablar este tema con su profesional. 
Un programa especial para animales con ciertos problemas de peso, puede ser sugerido por el Médico Veterinario, de lo contrario, mantenga el cronograma de comida al cual el perro está acostumbrado. Siempre mantenga agua fresca en un recipiente limpio y a su alcance.

jueves, 10 de noviembre de 2011

La importancia de una buena alimentación

La salud de nuestros perros, al igual que ocurre con los seres humanos, depende en gran medida del tipo de alimentación que tengan. Con una alimentación rica en nutrientes y moderada en grasas, conseguiremos mejorar la vida de nuestra mascota.

La mayoría de las personas prefieren dar a su perro alimentos industriales especiales para nuestros amigos. Este tipo de comida, ya sea deshidratada o en lata, contiene todo lo necesario para la correcta alimentación de nuestras mascotas. 
Si nos decidimos por alimentos secos, debemos tener en cuenta la calidad de estos, es preferible y recomendable que siempre sean de gama alta. Este tipo de alimento ayuda a mantener la dentadura del animal limpia y libre de sarro, además los alimentos secos suelen tener una composición más equilibrada. A la hora de elegir uno, debemos tener en cuenta la edad de nuestro perro, la raza y sus necesidades.

Hay una gran cantidad de variedades para cubrir las necesidades especificas de todo tipo de perros, hay para razas grandes, pequeñas, medianas, para perros activos o que realizan poco ejercicio; dependiendo de la edad también existen diferentes tipos, e incluso hay específicos para cada raza. Debido a su variedad y a la gran aceptación de este tipo de comida para perros, la relación calidad/precio es mucho mejor que con otros alimentos. Asimismo, tendremos más facilidad para encontrarla en supermercados, tiendas y almacenes; y es la forma más limpia de alimentar a nuestro animal.

En cuanto a la comida húmeda o enlatada, tiene menos nutrientes ya que está compuesta por un 80% de agua. Es un alimento más caro que el anterior y esta pensado para perros pequeños que necesitan poca cantidad de comida. Además, tenemos que tener cuidado si este alimento va a estar en el exterior, ya que podría atraer bichos o descomponerse, esto puede suponer un peligro para la salud de nuestra mascota. A pesar de los inconvenientes de esta variedad, a nuestro perro le gustará mucho más. Una posibilidad es mezclar el alimento seco con la comida húmeda, con esto conseguiremos proteger la dentadura de nuestro perro y hacerle su comida más apetitosa. Si elegimos esta opción, también deberemos tener cuidado con el tiempo que le dejamos el plato de comida al animal, para evitar como ya hemos dicho, su putrefacción.

Hay muchas personas que a pesar de la comodidad de la comida industrial, prefieren prepararla ellos mismos. Para esta opción debemos tener en cuenta varios factores:
  • Lo primero que tenemos que decidir es si la comida que le vamos a dar es cruda o cocinada. En cualquiera de los dos casos, no nos podemos limitar a alimentar a nuestro perro a base de carne, cocinada o no. No debemos preocuparnos por las bacterias de la carne o los huesos crudos (siempre que estén en buen estado), ya que el estomago de los perros está preparado para digerirlos perfectamente. Pero si queremos evitar posibles problemas digestivos, podemos escaldar la carne echándole agua hirviendo por encima, cocerla o congelarla unos quince días para eliminar gérmenes y bacterias.
  • Si nos comprometemos a preparar nosotros mismos la comida, debemos aportar todos los nutrientes y vitaminas necesarios para que la dieta de nuestro animal sea lo más sana y completa posible. La alimentación debe contener verduras y frutas (alrededor de un 10% del total diario), carne, pescado, vísceras (son muy importantes ya que tienen un gran aporte nutricional, pero debemos cocinarlas muy bien) y otros complementos como vitaminas y calcio (siempre con supervisión veterinaria y teniendo en cuenta las cantidades que suministramos).
  • Asimismo, debemos tener en cuenta que no todos los alimentos son recomendables para nuestro amigo. Los huesos de pollo, por ejemplo, se pueden astillar clavándose en la garganta del animal y provocándole heridas o posibles ahogamientos (cualquier hueso cocinado corre el peligro de astillarse, es preferible darle huesos crudos).
  • Los productos lácteos pueden producir problemas gastrointestinales a los perros, jóvenes o adultos. A pesar de ser una gran fuente de calcio, fósforo, proteínas y vitaminas; la leche, los yogures y otros lácteos, contienen un tipo de azúcar (la lactosa), que es difícil de digerir para los perros.
  • El chocolate es tóxico en grandes cantidades. A pesar de su buen sabor y de que seguramente a nuestro perro le encante, el chocolate contiene una sustancia llamada una teobromina. Dicha sustancia puede producir vómitos, diarrea, taquicardia, temblores musculares, hiperactividad… incluso puede llegar a ser mortal para el animal.
No podemos olvidarnos que cada perro es un mundo, y cada uno necesita una alimentación acorde a sus necesidades. Además, no podemos darle la misma alimentación a un cachorro que a un adulto. También, debemos tener en cuenta que si decidimos cambiar la alimentación de nuestro perro, lo haremos de forma gradual, así evitaremos posibles problemas estomacales.

Fuente: http://www.perros.com

lunes, 7 de noviembre de 2011

Problemas con la comida

Cuántas veces nos habremos llevado las manos a la cabeza ante la desesperación de ver que nuestro perro no come cuando tiene que comer, comen rápido, siempre están comiendo….en fin. Te sorprenderías si te digo que no eres la única persona con este problema.

Aquí dejo algunos consejos para intentar eliminar estas manías en nuestro perro.



Si come Demasiado Rápido


Casi todos los perros que conozco comen con un ansia como si llevaran toda una vida sin haber ingerido ningún alimento. No mastican y parece como si se fuesen a atragantar o hacer una bola en el estómago que les pueda provocar una obstrucción intestinal. Puede ser peligroso, así que debemos tomarlo en serio y buscar soluciones.

Se le puede dar la comida en un plato más grande, el equivalente a un segundo de los nuestros pero en grande.
-Puedes ponerle una pelota grande justo en el centro del plato, así tendrá la necesidad de ir apartándola para escoger la comida y lo hará más despacio, le llevará más tiempo.
-Lo más recurrido, o lo que solemos hacer muchas veces, darle la comida en la mano. Provocamos en él la necesidad de esperar a que le demos la comida, pero esto puede caer en un mal hábito acostumbrando a que nuestro perro sólo coma de nuestra mano.

Come todo el día. Pica y Pica


Depende única y exclusivamente de nosotr@s y por ello debemos ser muy observadores y marcar límites. Después de que haya comido le retiramos el plato. Si no ha comido mucho, intentaremos darle de comer después de unas horas. Una vez observemos que sí come, le retiramos el plato hasta la próxima vez que le toque comer. Debemos procurar que sus comidas sean constantes, a la misma hora.


Se Niega a Comer

Seguro que en algún momento has dicho, “si no come ahora, ya comerá después”. Si que es verdad, que en la mayoría de los casos, comen porque terminan teniendo hambre. ¿Pero qué ocurre cuando se niegan a comer? Buscar posibles causas, prioridad.

Cambio del alimento, cambio de casa, nuevo comedero, situaciones de estrés. Si esto se da, mejor que lo llevemos al Veterinario para averiguar motivos, ya que en muchas ocasiones, la falta de apetito suele ser el primer síntoma de que algo no va bien. 

  Fuente: http://www.perros.com