Cuando el perro es un cachorrito,
si podemos y tenemos la oportunidad de ver cómo interactúa con su madre,
veremos que ella buena parte del tiempo los entretiene a base de
golpecitos con el hocico o bien los lame, esto último les agrada mucho y
aparte contribuye a canalizar su energía y aprender algo fundamental, el juego.
Será a través de este por donde los cachorros tomarán
conciencia del mundo
que les rodea, se relacionará con otros de su especie y les valdrá para
aprender los límites, las normas de convivencia y la educación.
Si se aísla y no se lo permite esta actividad, estaremos haciendo un
buen caldo de cultivo para que nuestro perro sea en el futuro un adulto
problemático con serias dificultades sociales y frustraciones que nos darán más de un dolor de cabeza.
Por otra parte cuando llegan al nuevo hogar, veremos las ganas de jugar y
lo incansables que son. Es aquí donde deberemos plantearnos varias
cuestiones.
En un primer momento valoraremos
la personalidad del recién
llegado, la cual deberemos reforzar en algunos puntos y suavizar en
otros, de acuerdo o en consonancia al tipo de juego o juguetes que
tengamos pensado usar con ellos.
Es una parte
fundamental de la educación del perro es enfocar
correctamente esta actividad y los resultados pueden ser muy
beneficiosos, pero hoy en día tenemos tantos juguetes en el mercado que
hacer una buena elección puede resultar algo complicado ya que no todos
son tan inofensivos como parecen.
Si nuestro perro tiene un carácter
algo agrio no debemos entrenarlo con juegos de fuerza ya que reforzaremos ese carácter.
Si el perro
es nervioso no debemos jugar con él a tirarle muñecos para que los coja, ya que se alterará más.
Los que hoy están tan de moda, llamados “tiradores” que nos pueden
resultar divertidos, dejándonos ganar de vez en cuando por nuestro
perro, puede llegar un momento que él lo entienda como que ha
vencido al líder de su manada llevando esto parejo un conflicto de autoridad nada deseado.
En
el caso de que nuestro can sea tímido, estos juguetes sí serán recomendables
para ayudar a que su carácter no sea tan retraído. Si tenemos un animal
tendente a la dominación hay que demostrarle que jamás puede ser más
fuerte que su dueño.
Otro juguete típico en muchas casas que tenemos como entretenimiento de nuestros amigos son los que dan
pitidos cuando se los aprieta.
En perros nerviosos no es nada recomendable, ya que los
excitará más. Por lo tanto que es lo que no deberemos o no se nos recomienda comprar.
- Juguetes con formas específicas de animales ya que esto podría animarlos a perseguir o atacar a los verdaderos.
- Juguetes que imiten formas de objetos caseros, como
zapatillas, calcetines, teléfonos…ya que el perro no va a distinguir con
cual puede jugar y con cual debe no hacerlo.
- Juguetes que no sean específicos para ellos ya que
muchos, si el juego es algo brusco se pueden fragmentar y el perro puede
tragarse parte del mismo.
Una forma clásica, segura y muy divertida pese a los años, es la pelota, la cual no tiene ningún tipo de contraindicación en cuanto a su uso.
Hoy tenemos disponibles pelotas de distintos tamaños, olores, texturas e incluso sabores. Las de
nylon son ideales ya que podemos lavarlas y soportarán estoicamente todos los envites de nuestro juguetón amigo.
También son buenos los huesos de cuero duro, carnazas…que le ayudarán a mantener su dentadura en óptimas condiciones.
Recordad que debemos de jugar con él cuando se porte bien y no al revés, fortaleceremos así que su comportamiento sea el adecuado.
A modo de resumen, os pongo de manera esquemática todos los beneficios del juego y los juguetes.
- Enriquecimiento del entorno.
- Fortalecimiento de los lazos afectivos perro-dueño.
- Enseñamos lo que se debe morder.
- Potenciamos el ejercicio físico.
- Activamos la estimulación mental del perro.
- Motivamos al perro en el adiestramiento.
- Centramos su atención
- Mejoramos el bienestar de nuestro perro y desarrollamos sus instintos.
- Relajamos las tensiones diarias.
- Aumentamos su seguridad y confianza.
- Evitamos el aburrimiento.
Si ya sabemos que es vital atender sus necesidades sanitarias, de
higiene y necesidades fisiológicas, es igualmente importante que crezca
con una adecuada estimulación mental.
Así que como decía aquel programa de televisión. ¡ A jugar!.
Será a través de este por donde los cachorros tomarán conciencia del mundo que les rodea, se relacionará con otros de su especie y les valdrá para aprender los límites, las normas de convivencia y la educación.
Si se aísla y no se lo permite esta actividad, estaremos haciendo un buen caldo de cultivo para que nuestro perro sea en el futuro un adulto problemático con serias dificultades sociales y frustraciones que nos darán más de un dolor de cabeza.
Por otra parte cuando llegan al nuevo hogar, veremos las ganas de jugar y lo incansables que son. Es aquí donde deberemos plantearnos varias cuestiones.
En un primer momento valoraremos la personalidad del recién llegado, la cual deberemos reforzar en algunos puntos y suavizar en otros, de acuerdo o en consonancia al tipo de juego o juguetes que tengamos pensado usar con ellos.
Es una parte fundamental de la educación del perro es enfocar correctamente esta actividad y los resultados pueden ser muy beneficiosos, pero hoy en día tenemos tantos juguetes en el mercado que hacer una buena elección puede resultar algo complicado ya que no todos son tan inofensivos como parecen.
Si nuestro perro tiene un carácter algo agrio no debemos entrenarlo con juegos de fuerza ya que reforzaremos ese carácter.
Si el perro es nervioso no debemos jugar con él a tirarle muñecos para que los coja, ya que se alterará más.
Los que hoy están tan de moda, llamados “tiradores” que nos pueden resultar divertidos, dejándonos ganar de vez en cuando por nuestro perro, puede llegar un momento que él lo entienda como que ha vencido al líder de su manada llevando esto parejo un conflicto de autoridad nada deseado.
En el caso de que nuestro can sea tímido, estos juguetes sí serán recomendables para ayudar a que su carácter no sea tan retraído. Si tenemos un animal tendente a la dominación hay que demostrarle que jamás puede ser más fuerte que su dueño.
Otro juguete típico en muchas casas que tenemos como entretenimiento de nuestros amigos son los que dan pitidos cuando se los aprieta.
En perros nerviosos no es nada recomendable, ya que los excitará más. Por lo tanto que es lo que no deberemos o no se nos recomienda comprar.
Una forma clásica, segura y muy divertida pese a los años, es la pelota, la cual no tiene ningún tipo de contraindicación en cuanto a su uso.
Hoy tenemos disponibles pelotas de distintos tamaños, olores, texturas e incluso sabores. Las de nylon son ideales ya que podemos lavarlas y soportarán estoicamente todos los envites de nuestro juguetón amigo.
También son buenos los huesos de cuero duro, carnazas…que le ayudarán a mantener su dentadura en óptimas condiciones.
Recordad que debemos de jugar con él cuando se porte bien y no al revés, fortaleceremos así que su comportamiento sea el adecuado.
A modo de resumen, os pongo de manera esquemática todos los beneficios del juego y los juguetes.
Si ya sabemos que es vital atender sus necesidades sanitarias, de higiene y necesidades fisiológicas, es igualmente importante que crezca con una adecuada estimulación mental.
Así que como decía aquel programa de televisión. ¡ A jugar!.
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