Si nos fijamos en la naturaleza, ningún animal pega a otro con un periódico, con palos, con su propia correa, y tampoco le grita si ha hecho algo mal. Si nos queremos convertir en el líder de nuestra manada debemos ser firmes, enérgicos, pero no podemos estar histéricos, ni excitados. Ante todo, no podemos humanizar al animal, él no nos entiende, no entiende nuestro enfado. Nuestras correcciones no pueden ser agresivas ni ansiosas, deben ser firmes y sobretodo, deben realizarse en el mismo momento en el que nuestro perro ha hecho algo mal. Aunque creamos que tenemos el perro más listo del mundo, y que él sabe que ha hecho algo mal ya que se encoge o agacha la cabeza, no es así. Simplemente, tiene miedo a nuestra reacción, a nuestra agresividad, y la única forma de calmarnos es meter el rabo entre las patas y agachar la cabeza.
Con golpes y gritos lo único que vamos a conseguir es que nuestro perro se convierta en un perro miedoso, con ansiedad, agresivo. En la naturaleza el líder de la manada es afectuoso y benévolo, no es en ningún momento intimidante ya que tiene confianza en sí mismo.
Mediante estos 10 pasos conseguiremos que nuestro perro nos respete y confíe en nosotros:
- Evitaremos que nuestro perro duerma en lugares valiosos para nosotros, como la cama, el sillón, umbrales de las puertas o zonas de paso. Si consigue dormir en la cama o el sillón se fortalecerá, será el líder. Si le permitimos estar en umbrales de puertas o en las zonas de paso, cada vez que queramos salir de una habitación le tendremos que pedir permiso, y eso también le convertirá en el líder.
- Él no iniciará los juegos y tampoco los terminará, somos nosotros quienes lo haremos. Nuestro perro necesita juegos y ejercicio pero no debe marcarnos una rutina, nosotros debemos marcársela a él. Durante los juegos no permitiremos que nos rete, es decir, no permitiremos que nos ladre, nos muerda o nos empuje.
- No iremos a acariciarlo, lo llamaremos, el vendrá y entonces tendrá caricias y mimos. Si quiere algo se lo tendrá que ganar.
- Pasará por las puertas siempre detrás de nosotros. Por mucho que tire de la correa para salir a la calle, no podemos permitirle ir en primera posición, ese es nuestro puesto.
- Cuando lleguemos a casa no lo acariciaremos salvo que esté tranquilo. Si nos salta encima no es que se alegre de vernos, nos intenta demostrar quién manda. Una vez que se haya tranquilizado, lo llamaremos y lo saludaremos.
- Comerá en su cacharro, nunca antes ni a la vez que comemos nosotros. En la naturaleza, el líder es el primero en comer, y el resto del grupo se espera hasta que él está saciado. Asimismo, no le dejaremos que ponga su hocico sobre la mesa ni que se acerque a nuestros alimentos.
- Mediante su adiestramiento, el aprendizaje de órdenes básicas, le demostraremos que tiene que obedecernos. Esto, aunque pueda parecer un abuso, nos ayudará a controlar a nuestro animal y a evitar posibles travesuras o malos comportamientos.
- El ejercicio es fundamental en la vida de nuestra mascota. Un perro con exceso de energía será difícil de controlar y no nos respetará. Es muy importante que le proporcionemos el ejercicio necesario para que esté tranquilo y consuma su parte ansiosa y agresiva.
- Debemos marcarle límites, reglas y normas para convivir en nuestro hogar. Es importante, que al igual que cuando convivimos con otro ser humano, en nuestra casa haya una cierta disciplina, así nos podremos respetar mutuamente.
- Para que la jerarquía que queremos sea efectiva, no podemos darle más privilegios que a otro miembro de nuestra casa. Por mucho que queramos a nuestra mascota, debemos enseñarle que todos nuestros amigos, vecinos y familiares están en una escala superior y que los debe respetar. Para este punto es recomendable hacer que nuestro perro sea sociable, tanto con las personas como con otros animales.
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